“La Perspectiva” crea una ilusión óptica de profundidad en la que se enfatizan los planos laterales para emular apertura y acogida. 

La línea y el color se organizan para crear una direccionalidad que conduce visualmente al observador en un recorrido de variadas percepciones visuales en el que se utilizan líneas rectas verticales y horizontales para sugerir calma, equilibrio y estabilidad, elevación, movimiento ascendente, actividad y ritmo, además de una apertura sin definición de límites.

Utilización de una paleta de colores cálidos para evocar alegría, energía y movimiento en algunas obras, y en otras, un mayor uso de colores fríos para evocar tranquilidad, descanso visual y espiritualidad.

Estos elementos me apoyan en la construcción del mensaje que quiero transmitir, para promover una mayor interacción del espectador con la obra y ser una parte activa en la búsqueda de una conexión única.